Futurism
En 2024, el restaurante Ethos generó un auténtico revuelo en Austin, alcanzando una notoriedad fulgurante a pesar de que su existencia era puramente virtual. Desde octubre de ese año, decenas de miles de seguidores acudieron en masa a su página de Instagram, que mostraba platos brillantes y visualmente impactantes, generados por inteligencia artificial, como bolas de pizza sin corteza o panes con motivos de ácaros del polvo, extrañamente atractivos.
Pero solo había un pequeño problema: Ethos existía únicamente en Instagram, y sus creaciones culinarias, que parecían imposibles de realizar, no eran en realidad más que invenciones de la IA. Aunque las intenciones detrás de esta extraña estrategia en redes sociales siguen siendo un misterio, Ethos fue una señal de alarma importante, advirtiéndonos de la infiltración progresiva de la IA en la industria alimentaria.
Si su propósito era ser una advertencia, fue premonitoria. En los meses posteriores al estallido viral de Ethos, muchos actores de la industria de la restauración recurrieron a softwares de grandes modelos de lenguaje (LLM) para introducir precios dinámicos, marketing automatizado, vigilancia de empleados y automatización de cocinas en sus establecimientos, todo con el objetivo de ahorrar dinero.
ChatGPT, ¿El Asistente de los Grandes Chefs?
Tomemos el ejemplo del chef galardonado Grant Achatz, quien está recurriendo a la IA para realizar la tarea creativa que la mayoría de los cocineros solo sueñan: crear las recetas para el menú de su restaurante.
Según un artículo reciente del New York Times sobre tecnología, Achatz —múltiple ganador del prestigioso premio James Beard de la industria alimentaria— ahora usa ChatGPT para elaborar recetas para una comida de nueve platos en su restaurante de Chicago con estrella Michelin, Next.
El restaurador encargó a ChatGPT que asumiera el papel de un chef imaginario diferente para cada plato. Cada uno de estos "chefs virtuales" se inspira en una mezcla diluida de maestros culinarios reales para crear su "plato". El NYT cita, por ejemplo, a "Jill", una "mujer de 33 años de Wisconsin" que supuestamente "se formó" con figuras como Ferran Adrià, Jiro Ono y Auguste Escoffier, y que es una de las creaciones de la IA.
Achatz le pidió entonces al chatbot que "escupiera" recetas que "reflejaran sus influencias personales y profesionales", una forma elegante de decir "pervertir el trabajo de algunos de los mejores artesanos culinarios de todos los tiempos para una estrategia publicitaria".
Como prueba de ello, Achatz declaró al periódico: "Quiero que la IA haga lo máximo posible, excepto la preparación física". En otras palabras, la IA se encarga de los procesos creativos e intelectuales que preceden a la cocción (innovación de ideas, mezcla de influencias, formulación de pasos e ingredientes), mientras que la ejecución concreta sigue siendo humana. Está convencido de que la IA puede ser una herramienta extremadamente potente para generar nuevos conceptos e ideas de recetas.
Indignación en Redes Sociales: ¿Insulta la IA al Arte Culinario?
Mientras que el célebre chef y sus partidarios en el New York Times —el artículo está, por cierto, firmado por el ex crítico de restaurantes del periódico, Pete Wells— pueden estar impresionados por esta iniciativa, muchos en las redes sociales encuentran la idea repulsiva.
"¡Qué insulto a Ferran Adrià, Jiro Ono y a los muchos chefs talentosos que trabajan para Achatz y que tienen una experiencia real que podría reflejarse en un plato!", escribió un internauta en Bluesky.
Sarah Orsborn, una experimentada chef pastelera afincada en Denver, ironizó: "Realmente deberían titular su artículo: 'A Grant Achatz se le han acabado las ideas para que la gente pague 1.000 dólares por una cena, está externalizando su trabajo a la IA'".
Achatz puede tener la última palabra sobre lo que sale de su cocina, pero esta decisión parece particularmente de mal gusto mientras muchos creativos y artesanos luchan contra la adopción generalizada de la IA para el trabajo creativo.
Los Límites de la IA: Entre Recetas Mortales y "Sopa de Lechuga Quemada"
En septiembre de 2024, NPR informó que la IA estaba generando recetas potencialmente mortales si se ingerían, y esto ocurría incluso mientras las empresas tecnológicas plagiaban el trabajo de cocineros reales para entrenar a sus chatbots.
Actualmente, ChatGPT sigue generando recetas absurdas como la "sopa de lechuga quemada", que implica "hervir lechuga durante 30 minutos antes de asarla a 260 grados Celsius (500 grados Fahrenheit)", observó la crítica gastronómica Morgan Wujkowski.
Wujkowski afirmó que la IA "carece de sentido común y de experiencia culinaria. Sigue algoritmos, no papilas gustativas. A menudo, los resultados generados son, en el mejor de los casos, incompletos y, en el peor, datos erróneos".
Añadió que "la creatividad y la intuición humanas son primordiales en el desarrollo de recetas, y ese es el principal defecto en el uso de la IA para generar recetas". Wujkowski concluyó que "la IA puede ayudar en la planificación de comidas y los macronutrientes, pero la degustación humana real es irremplazable".
Fuente: Futurismo